En julio de 2025, los precios del petróleo registraron su tercera caída consecutiva, sacudidos por las crecientes tensiones comerciales entre Estados Unidos y la Unión Europea ante la inminente fecha límite del 1 de agosto para la imposición de aranceles. Este escenario, combinado con temores de una desaceleración económica global, ha avivado preocupaciones sobre una menor demanda de combustible, impactando los mercados energéticos y generando incertidumbre en un momento crítico para la economía mundial.
Tensiones Comerciales al Límite
La administración de Estados Unidos, liderada por Donald Trump, ha fijado el 1 de agosto como plazo para que los países alcancen acuerdos comerciales con Washington, amenazando con imponer un arancel del **treinta por ciento** a las importaciones de la Unión Europea si no se logra un trato. Analistas de MUFG advierten que esta escalada podría desencadenar una guerra comercial, frenando el crecimiento económico global y reduciendo la demanda de petróleo. La Unión Europea explora contramedidas, añadiendo volatilidad a los mercados energéticos.
El 22 de julio de 2025, los futuros del crudo Brent cayeron cincuenta y tres centavos, un cero coma ocho por ciento, hasta los sesenta y ocho dólares con sesenta y ocho centavos por barril, mientras que el West Texas Intermediate de Estados Unidos se situó en sesenta y seis dólares con cincuenta y siete centavos por barril, tras una baja de sesenta y tres centavos, un cero coma nueve por ciento. Estas caídas reflejan el nerviosismo del mercado ante el impacto potencial de los aranceles. Un dólar estadounidense más débil ha contenido parcialmente las pérdidas, facilitando las compras de crudo para quienes usan otras monedas. Los márgenes de beneficio más altos para los destilados, impulsados por inventarios bajos, también han ofrecido cierto soporte a los precios.
Presiones Adicionales sobre el Mercado
Más allá de las tensiones comerciales, otros factores contribuyen al desplome de los precios del petróleo. La Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados acordaron aumentar la producción en agosto en quinientos cuarenta y ocho mil barriles por día, buscando capturar una mayor cuota de mercado, pero presionando los precios a la baja. Este incremento, junto con el récord de exportaciones de crudo de Arabia Saudita en mayo, según datos de la Iniciativa de Datos de Organizaciones Conjuntas, genera temores de un exceso de oferta.
La economía china, el mayor importador de petróleo del mundo, mostró signos de desaceleración en el segundo trimestre de 2025, con exportaciones debilitadas y una confianza del consumidor en mínimos históricos. Aunque el apoyo fiscal permitió superar las expectativas económicas, los analistas advierten que los aranceles podrían reducir aún más la demanda de petróleo en la segunda mitad del año.
Impacto en la Economía Global
La caída de los precios del petróleo podría aliviar temporalmente los costos de los combustibles para los consumidores, pero plantea desafíos para los productores, especialmente en Estados Unidos. Según el Dallas Fed Energy Survey, los productores necesitan un precio promedio de sesenta y cinco dólares por barril para que la perforación de nuevos pozos sea rentable, un umbral que los precios actuales apenas superan. Esto podría complicar los planes de la administración Trump de impulsar la producción doméstica de petróleo, especialmente si los costos de materiales como el acero se encarecen por los aranceles.
Las dinámicas geopolíticas añaden complejidad. La posibilidad de retomar las negociaciones nucleares con Irán y la decisión de Trump de tolerar las importaciones récord de crudo iraní por parte de China, a cambio de mayores compras de petróleo estadounidense, generan incertidumbre. Un proyecto de ley propuesto por la Casa Blanca para imponer aranceles del quinientos por ciento a las importaciones de países que compren petróleo ruso por encima del límite de precios del G7 podría intensificar las tensiones con naciones como China e India.
Un Futuro Incierto para los Mercados Energéticos
Los analistas advierten que los precios del petróleo enfrentan riesgos a la baja, especialmente de cara a 2026, debido a preocupaciones por una recesión global y el aumento del suministro de la OPEP+. Goldman Sachs redujo su pronóstico para diciembre de 2025 a cincuenta y ocho dólares por barril para el West Texas Intermediate y sesenta y dos dólares para el Brent, mientras que Bank of America prevé un superávit de un millón doscientos cincuenta mil barriles por día si la guerra comercial reduce la demanda a la mitad.
Con el plazo del 1 de agosto acercándose, los mercados energéticos permanecen en vilo, atentos a avances en las negociaciones comerciales o nuevas medidas de represalia. La combinación de aranceles, mayor producción de la OPEP+ y una economía global frágil sugiere que la volatilidad será la norma. Para países como Tailandia, que enfrentan desafíos por la alta deuda doméstica y la caída del turismo, la baja en los precios del petróleo podría aliviar los costos de importación, pero también agravar la desaceleración económica al reducir los ingresos de las industrias energéticas.
En un mundo donde las políticas comerciales y las dinámicas energéticas están cada vez más entrelazadas, el impacto de estas tensiones trasciende los mercados de petróleo, configurando un futuro incierto para la economía global.