En un hito sin precedentes para la industria energética polaca, Central European Petroleum (CEP) anunció en julio de 2025 el hallazgo del mayor yacimiento convencional de petróleo y gas en la historia del país, ubicado en el pozo Wolin East 1, en el Mar Báltico, a tan solo 6 kilómetros de Świnoujście, cerca de la frontera con Alemania. Este descubrimiento, que promete reconfigurar la seguridad energética de Polonia y reducir su dependencia de importaciones, ha sido calificado como uno de los más significativos en Europa en la última década.
El pozo Wolin East 1 alberga aproximadamente 22 millones de toneladas de crudo recuperable y condensado, junto con 5 mil millones de metros cúbicos de gas natural de grado comercial. Sin embargo, las estimaciones para la concesión de Wolin, que abarca 593 kilómetros cuadrados, son aún más impresionantes: más de 33 millones de toneladas de petróleo y 27 mil millones de metros cúbicos de gas. Estas cifras podrían duplicar con creces las reservas de petróleo de Polonia, que en 2023 se situaban en 20.2 millones de toneladas, y cubrir una porción sustancial del consumo anual de gas del país, que ronda los 20 mil millones de metros cúbicos.
Este hallazgo llega en un momento crítico para Polonia, que ha buscado diversificar sus fuentes de energía tras el cese de las importaciones de gas ruso en 2022. Actualmente, el país depende de gas natural licuado (GNL) proveniente de Estados Unidos y Qatar, así como de gas por gasoducto desde Noruega. El yacimiento de Wolin podría posicionar a Polonia como un actor clave en el mercado energético europeo, disminuyendo su vulnerabilidad a las fluctuaciones de precios globales y fortaleciendo su autonomía energética.
Sin embargo, el descubrimiento no está exento de controversias. Informes iniciales que mencionaban 33 mil millones de toneladas de petróleo han sido corregidos, confirmando que la cifra real es de 33 millones de toneladas, lo que sugiere posibles errores de traducción o exageraciones en la cobertura mediática. Además, el desarrollo del yacimiento enfrenta obstáculos, como la necesidad de documentación geológica detallada y la aprobación del gobierno polaco. Organizaciones ambientalistas, como la alemana Lebensraum Vorpommern, han expresado preocupaciones sobre el impacto ecológico de la explotación en el Mar Báltico, un ecosistema sensible.
El hallazgo también ha desatado críticas internas. Piotr Woźniak, exdirector de PGNiG, la antigua empresa estatal de gas, acusó a Orlen, la compañía energética estatal, de ineficiencia por no haber identificado este yacimiento con anterioridad. Estas tensiones reflejan los desafíos estructurales que enfrenta el sector energético polaco, incluso en medio de un descubrimiento de esta magnitud.
El impacto económico del yacimiento podría ser transformador. Además de reducir los costos de importación de energía, la explotación de Wolin East 1 podría generar miles de empleos y atraer inversiones extranjeras. Sin embargo, la transición hacia una economía menos dependiente de los combustibles fósiles plantea preguntas sobre cómo Polonia equilibrará este boom energético con sus compromisos climáticos.
A medida que Polonia avanza hacia la explotación de este recurso, el mundo observa con atención. Este descubrimiento no solo redefine el papel de Polonia en el mercado energético europeo, sino que también pone de relieve las tensiones entre la seguridad energética, el desarrollo económico y la sostenibilidad ambiental. En un contexto global marcado por la incertidumbre energética, el yacimiento de Wolin podría ser un punto de inflexión, no solo para Polonia, sino para toda la región.