El gigante tecnológico estadounidense Intel ha iniciado un significativo plan de optimización en Israel, que incluye la reducción de personal y el ajuste de sus operaciones en su destacada planta de fabricación en Kiryat Gat, al sur del país. Esta decisión refleja los importantes retos estructurales que enfrenta la compañía a nivel local y global.
Según un informe detallado del diario económico israelí Globes, Intel ha disminuido su plantilla en la fábrica de Kiryat Gat de aproximadamente 5,000 empleados en 2019 a 4,000 para finales de 2023.
La empresa se encuentra inmersa en una reestructuración a nivel mundial, tras un marcado descenso en sus ingresos anuales —de $78 mil millones en 2020 a $53 mil millones en 2023— y una pérdida neta de $18.7 mil millones en el mismo periodo.
Impacto en la producción y el desarrollo
La reestructuración de Intel contempla la automatización de las líneas de producción en su planta Fab 28, lo que ha derivado en la desvinculación de cerca de 200 operarios de manufactura y alrededor del 10% de su personal de investigación y desarrollo. Fab 28, inaugurada en 1996, ha sido un referente de rendimiento industrial, con exportaciones acumuladas por valor de $86 mil millones, contribuyendo con el 3-3.5% del total de las exportaciones anuales de Israel.
El informe subraya la creciente competencia que enfrenta Intel por parte de TSMC de Taiwán, líder actual en la producción de chips avanzados para clientes de la talla de Apple, Nvidia y Amazon.
Inversiones y perspectivas inciertas
Globes destacó que Intel ha recibido aproximadamente $1.5 mil millones en subvenciones gubernamentales a lo largo de los años. Más recientemente, el gobierno israelí aprobó una ayuda adicional de $3.2 mil millones para la construcción de una nueva instalación —Fab 38—, cuyo proyecto ha sido suspendido debido al actual reajuste de la compañía.
A pesar de la paralización de la construcción y los despidos masivos, el Ministerio de Finanzas y la Autoridad de Inversiones de Israel no han tomado medidas punitivas contra Intel, ya que la financiación se mantiene ligada a parámetros previamente acordados.
La contracción de Intel coincide con el auge de su competidor estadounidense Nvidia, que recientemente anunció una inversión de $540 millones para establecer un importante centro de desarrollo en el norte de Israel, con la expectativa de contratar a 5,000 empleados.
Expertos sugieren que esto señala una transformación más amplia en el panorama tecnológico israelí: un giro de la manufactura tradicional hacia la investigación y desarrollo impulsada por la inteligencia artificial.
El futuro de la presencia de Intel en Israel se percibe incierto.
En Kiryat Gat, donde numerosos residentes dependen de Intel, ya sea directa o indirectamente a través de contratistas, el ambiente es de creciente inquietud. Con la construcción de Fab 38 en pausa y las inversiones reducidas, los habitantes temen un impacto negativo a largo plazo en la economía de la ciudad.
Aunque Intel continúa ofreciendo atractivos beneficios —incluyendo permisos remunerados extendidos y paquetes de indemnización que pueden superar los $238,000—, muchos empleados, especialmente los de mayor edad, expresan preocupación por la dificultad de encontrar nuevas oportunidades laborales en un mercado cada vez más reducido.