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Chevron y TotalEnergies lideran la carrera en la primera licitación petrolera de Libia en más deuna década

por Redacción · 2 julio, 2025

TRÍPOLI — En un hito para el sector energético de Libia, la Corporación Nacional del Petróleo (NOC, por sus siglas en inglés) ha lanzado su primera licitación para exploración de petróleo y gas desde el conflicto de 2011, atrayendo a gigantes energéticos como Chevron y TotalEnergies. Este proceso, anunciado el 2 de julio de 2025, marca un esfuerzo ambicioso por revitalizar la industria petrolera del país miembro de la OPEP, con el objetivo de aumentar la producción a niveles récord. Según Massoud Seliman, presidente interino de la NOC, 37 empresas, incluidas Eni y ExxonMobil, han mostrado interés, y se espera que los contratos se firmen antes de finales de 2025.

Libia, poseedora de las mayores reservas de petróleo de África, con 48.400 millones de barriles, busca recuperar su posición en el mercado global tras años de inestabilidad política y conflictos armados que siguieron a la caída de Muamar Gadafi en 2011. La producción actual, de aproximadamente 1,4 millones de barriles por día (bpd), está por debajo del pico de 1,6 millones de bpd previo al conflicto, pero la NOC tiene como meta alcanzar los 2 millones de bpd en los próximos años. Esta licitación, que incluye 22 bloques de exploración en tierra y mar, es un paso crítico para aprovechar las vastas reservas del país, particularmente en la prolífica cuenca de Sirte, que alberga el 80% de los recursos petrolíferos libios.

Chevron y TotalEnergies, dos de las principales empresas energéticas globales, están compitiendo por contratos que se adjudicarán bajo acuerdos de reparto de producción (PSA), los cuales ofrecen términos más favorables para los inversores en comparación con licitaciones anteriores. TotalEnergies, con presencia en Libia desde hace más de 60 años, opera en campos como Al Jurf, El Sharara y Waha, y recientemente incrementó su participación en las concesiones de Waha al 20,41% tras una adquisición en 2022. Chevron, por su parte, busca reingresar al mercado libio tras no renovar licencias en 2010, atraída por el bajo costo de producción y la alta calidad del crudo ligero y dulce, ideal para refinerías europeas.

La licitación, que abarca 11 bloques offshore y varios en tierra, se beneficia de la proximidad a infraestructura existente, lo que reduce costos de exploración y desarrollo. Sin embargo, el entorno sigue siendo desafiante. La inestabilidad política, marcada por la división entre el Gobierno de Unidad Nacional (GNU) en Trípoli y la administración del este respaldada por el comandante Khalifa Haftar, continúa amenazando la seguridad energética. En agosto de 2024, un bloqueo liderado por facciones del este redujo la producción en 700.000 bpd durante más de un mes, afectando exportaciones y generando incertidumbre entre inversores.

A pesar de estos riesgos, el interés de las grandes petroleras refleja el atractivo de Libia. “El crudo libio es barato de producir y fácil de transportar a terminales, lo que lo convierte en una inversión de alto rendimiento”, señaló Claudia Gazzini, analista de International Crisis Group. Además, la reciente eliminación de sanciones de la ONU y el descongelamiento de 68.000 millones de dólares en activos del fondo soberano libio han mejorado las perspectivas de inversión. Empresas como Eni, que firmó un acuerdo de producción de gas de 8.000 millones de dólares en 2023, y otras como Repsol, BP y OMV, ya han reanudado actividades de exploración tras una década de pausa.

No obstante, los analistas advierten que la inestabilidad política sigue siendo un obstáculo. Las tensiones entre el GNU y las fuerzas del este, lideradas por Haftar, han provocado interrupciones recurrentes en la producción, como el bloqueo de 2024, motivado por disputas sobre los ingresos petroleros. Además, la aparición de empresas locales como Arkenu Oil Company, vinculada a la administración del este, ha desafiado el monopolio de la NOC, exportando 7,6 millones de barriles entre mayo y diciembre de 2024, lo que sugiere una fragmentación en el control de los ingresos.

Mientras Libia busca diversificar su economía energética, con planes para generar el 20% de su electricidad a partir de fuentes renovables para 2035, el petróleo sigue siendo su pilar económico, representando el 60% del PIB, el 94% de las exportaciones y el 97% de los ingresos gubernamentales en 2023. La licitación actual no solo es una oportunidad para aumentar la producción, sino también un test para la capacidad del país de proyectar estabilidad en un contexto de fragilidad política.

Con la participación de gigantes como Chevron y TotalEnergies, Libia envía un mensaje claro: está decidida a recuperar su lugar en el escenario energético global. Sin embargo, el éxito de esta licitación dependerá de la capacidad del país para superar sus divisiones internas y garantizar un entorno seguro para los inversores. Mientras tanto, el mundo observa si este esfuerzo marca el comienzo de una nueva era para la industria petrolera libia o si las tensiones internas frenarán una vez más sus ambiciones.

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