RÍO DE JANEIRO — En un momento en que la inteligencia artificial (IA) redefine el panorama tecnológico global, el gigante chino Huawei ha puesto sus ojos en Brasil como un destino clave para expandir su presencia en el mercado de centros de datos. Sin embargo, la compañía está a la espera de un proyecto de ley del gobierno brasileño que otorgue incentivos fiscales para concretar su estrategia, según reveló Atilio Rulli, vicepresidente de relaciones públicas de Huawei para América Latina y el Caribe, en una entrevista exclusiva.
Esta movida, que podría posicionar a Brasil como un centro neurálgico para la infraestructura digital en la región, llega en un contexto de creciente competencia tecnológica y tensiones geopolíticas, con el país sudamericano emergiendo como un imán para las inversiones en IA y computación en la nube.
El interés de Huawei refleja una tendencia más amplia en Brasil, donde el gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva está impulsando una ambiciosa agenda para atraer inversiones en infraestructura digital. En abril de 2025, el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, viajó a Silicon Valley para promover un plan que exime de impuestos federales a las inversiones en tecnología para centros de datos, un esfuerzo que podría desbloquear 2 billones de reales (unos 356.000 millones de dólares) en inversiones durante la próxima década.
“Queremos que el gobierno implemente estos incentivos, que son buenos para el país, y el momento es ahora”, afirmó Rulli, destacando la experiencia global de Huawei en el sector y la urgencia de capitalizar el auge de la IA.
Brasil, con su abundante energía renovable —más del 80% de su matriz energética proviene de fuentes hidroeléctricas, solares y eólicas— y su vasta disponibilidad de terreno, se presenta como un destino atractivo para los centros de datos, que requieren grandes cantidades de electricidad y espacio. El mercado de centros de datos en Brasil podría alcanzar un valor de 6.000 millones de dólares para 2030.
Huawei, que ya ha invertido en tres zonas de disponibilidad en el país y ha multiplicado por 15 sus ingresos en Brasil desde 2019, ve en esta oportunidad una forma de consolidar su posición como uno de los tres principales proveedores de servicios en la nube en América Latina.
El anuncio de Huawei llega tras un acuerdo preliminar con Dataprev, la empresa estatal que gestiona los sistemas de datos sociales de Brasil, y conversaciones con Edge UOL. Estas asociaciones buscan expandir la infraestructura de Huawei en ciberseguridad, IA y computación en la nube, con el objetivo de convertir a Brasil en un puente tecnológico entre China y América Latina.
“Queremos ser el vínculo entre China y la región”, afirmó Mark Chen, presidente de Huawei Cloud para América Latina, subrayando la importancia de socios estratégicos locales.
Sin embargo, la apuesta de Huawei no está exenta de riesgos. La empresa ha enfrentado restricciones en mercados como Estados Unidos, donde se le acusa de facilitar el espionaje chino, una acusación que Huawei niega rotundamente. En 2020, el gobierno estadounidense presionó a Brasil para excluir a Huawei de su red 5G. Aunque Brasil no cedió, la presencia de Huawei sigue siendo un punto de fricción en las relaciones con Washington.
Además, la propuesta de incentivos fiscales en Brasil ha generado críticas de ambientalistas y expertos locales, quienes advierten sobre el impacto de los centros de datos en el consumo de agua y energía, así como la falta de claridad sobre los beneficios a largo plazo para el país.
El proyecto de ley que Huawei aguarda incluye exenciones de impuestos federales como PIS, Cofins, IPI y aranceles de importación para equipos tecnológicos, pero exige que los proyectos cumplan con criterios de sostenibilidad, como el uso de energía 100% renovable y la reserva de capacidad para uso doméstico.
Sin embargo, el gobierno no ha especificado qué ganará Brasil a cambio de estas generosas exenciones, y el Ministerio de Medio Ambiente ha sido marginado de las discusiones. “No se puede guiar la implementación de centros de datos solo por intereses económicos”, advirtió Julia Catão Dias, del Instituto Brasileño de Defensa del Consumidor.
A pesar de estas preocupaciones, el atractivo de Brasil es innegable. Su población de más de 211 millones de habitantes, con un 83% de los hogares conectados a internet, genera una demanda constante de infraestructura digital. Empresas como Microsoft y AWS también han anunciado inversiones multimillonarias en el país.
Para Huawei, que ha invertido 22.100 millones de dólares en I+D en 2024 y opera centros de investigación en 15 países, Brasil representa una oportunidad para diversificar su presencia global en un momento en que enfrenta restricciones en Occidente.
Mientras el gobierno brasileño finaliza su política de centros de datos, el interés de Huawei subraya la encrucijada en la que se encuentra el país: convertirse en un centro global de tecnología sostenible o arriesgarse a una dependencia excesiva de gigantes tecnológicos extranjeros.
Con el proyecto de ley aún pendiente de aprobación en el Congreso, donde una mayoría conservadora podría generar retrasos, la estrategia de Huawei dependerá de la capacidad de Brasil para ofrecer un marco legal claro y estable. Por ahora, el gigante chino está listo para apostar fuerte, pero el éxito de su ambiciosa incursión dependerá de un delicado equilibrio entre incentivos económicos, sostenibilidad y presiones geopolíticas.