El exportador estatal de armas de Rusia, Rosoboronexport, finalizó la primera etapa de una planta de municiones en Venezuela. El complejo está diseñado para producir cartuchos de 7,62 mm utilizados en fusiles Kalashnikov, según informó el conglomerado ruso Rostec el 2 de julio.
La instalación cuenta con cuatro líneas de producción: dos para proyectiles con núcleo de acero y otras para munición trazadora y de fogueo. La planta ya puede fabricar decenas de miles de unidades por turno, con un objetivo anual de 70 millones de cartuchos. Pruebas realizadas en un área de control confirmaron que la munición cumple con los estándares esperados.
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El proyecto busca establecer un ciclo completo de producción dentro del territorio venezolano. Se espera que las últimas edificaciones necesarias entren en funcionamiento pronto. Además de las líneas principales, el complejo incluye un sistema para eliminar desechos, depósitos para componentes y un campo de tiro de 210 metros para ensayar la munición trazadora.
El director de Rosoboronexport, Alexander Mikheev, admitió que el proyecto enfrentó serios desafíos logísticos y técnicos debido a las sanciones internacionales que pesan sobre ambos países. Sin embargo, destacó que, junto a Rostec, lograron concretar esta infraestructura compleja y cumplir los compromisos asumidos con Caracas.
La primera etapa ya permite fortalecer la capacidad defensiva de Venezuela. Los próximos pasos incluyen completar la segunda fase, que permitirá un ciclo productivo totalmente integrado.